Desafíos educativos en números
¿Qué indicadores educativos necesita mejorar Uruguay? Esta sección se centra en el rendimiento académico, la asistencia, la repetición y la deserción.
Empezando por el rendimiento, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) implementa el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por su sigla en inglés) en 81 países y economías. Esta prueba evalúa la capacidad de los jóvenes de 15 años para “utilizar sus conocimientos y habilidades en lectura, matemáticas y ciencias para enfrentar desafíos de la vida real”,(9) haciendo que sus resultados sean comparables entre países.
Desempeño en matemáticas en PISA por país
Desempeño en lectura en PISA por país
Desempeño en ciencia en PISA por país
Aunque Uruguay no ocupa una posición relativamente mala dentro de la región (es segundo en las tres áreas, después de Chile), se encuentra muy por debajo del promedio de la OCDE (471 en matemática, 476 en lectura y 485 en ciencias).
Además, este bajo rendimiento es muy desigual según nivel socioeconómico. El estudio nacional Aristas,(10) implementado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), evalúa los resultados de aprendizaje de los estudiantes de tercer año de educación media básica.
En matemática, la evaluación establece 6 niveles de rendimiento, desde por debajo de 1 hasta 5. En contextos socioeconómicos muy desfavorables, el 86,3 % de los estudiantes tuvo un rendimiento de nivel 2 o inferior; mientras que en los contextos muy favorables, lo hizo el 66,2 %.
En la evaluación de lectura, el 58,4 % de los estudiantes en contextos muy desfavorables tuvo un rendimiento de nivel 2 o inferior, mientras que, para los estudiantes en contextos muy favorables, fue del 9,2 %.
Otro indicador que merece la pena mencionar es el del ausentismo. Según Aristas, el 6,9 % de los estudiantes asisten poco a clases (es decir que faltan algunos días cada semana), mientras que el 1,2 % asiste muy poco (aproximadamente una vez cada quince días).
Asistencia a clases
Creación propia, con base en Ineed (2022)
Nuevamente, esto tiene importantes disparidades socioeconómicas, con un 3 % que asiste poco y muy poco en contextos socioeconómicos muy favorables, mientras que el 11,2 % lo hace en contextos muy desfavorables, casi cuatro veces más.
Tanto el bajo rendimiento como el ausentismo, por separado o en conjunto, pueden causar que los estudiantes repitan el año.
De acuerdo con Aristas, el 11,2 % de los estudiantes de tercer año han repetido al menos un año de secundaria hasta ese momento. Como sucede con otros indicadores, esto también tiene disparidades socioeconómicas:
En los contextos más desfavorables los alumnos repitieron casi diez veces más (21,3 % contra 2,3 %) que en los más favorables.
En 2022, la ANEP realizó un estudio sobre trayectorias educativas,(11) en el que analizó los números de matriculación de diferentes cohortes o generaciones partiendo desde el momento en que terminaron primaria.
Así es cómo va bajando la cantidad de alumnos año a año, a causa del rezago y la deserción:
Para muchos investigadores y especialistas en educación, la repetición es una práctica ineficiente. Separa a los estudiantes de su cohorte o generación (muchas veces, de sus amigos), los desmotiva y puede significar una carga económica adicional para las familias.
Todos estos factores y barreras influyen en gran medida en que los adolescentes y jóvenes abandonen el sistema educativo.
Está comprobado que cuanto mayores son los estudiantes, más cambian sus expectativas sobre el futuro.
Para los estudiantes más jóvenes, hasta los 15 años, la principal expectativa es asistir a la universidad. Esto disminuye drásticamente a la mitad a partir de los 16, y cae aún más en los estudiantes de 17 años o más. A diferencia de la mayoría de los estudiantes, cuya principal expectativa es estudiar en la universidad, la principal expectativa de los estudiantes mayores es simplemente terminar la enseñanza media básica.
En Uruguay, solo el 51,6 % de los jóvenes de entre 21 y 23 años terminaron la educación secundaria. Sin embargo, este fenómeno no se da de manera homogénea en toda la sociedad.
¿Por qué los adolescentes y jóvenes deciden abandonar la enseñanza secundaria?
A medida que los estudiantes enfrentan algunas de las barreras del sistema, como la repetición, está comprobado que otras opciones, como trabajar, se vuelven caminos más viables a seguir. Por lo tanto, es importante analizar las razones de la deserción junto con indicadores como la repetición o el rendimiento y entender estas decisiones como el resultado de un conjunto de eventos que ocurrieron a lo largo de la trayectoria de una persona, y que también se relacionan con su historia personal.
Mientras que el 91,5 % de los adolescentes de entre 15 y 17 años asisten a secundaria, solo el 51,6 % de los jóvenes de entre 21 y 23 años logra terminarla.
¿Qué pasa en el medio? ¿Abandonan, o todavía están estudiando? ¿Qué hacen en la actualidad?
¿Cuáles son sus historias?