La historia de Florencia

Florencia empezó el liceo en 2018, en Montevideo.

Ese año, sufrió bullying por parte de uno de sus compañeros.

“Amenazas constantemente, me molestaba todo el tiempo”.

A pesar del mal comienzo, con el apoyo de su familia y quejas en el liceo, el problema eventualmente se resolvió, y Florencia continuó a cursar segundo grado.

Cuando Florencia estaba en tercero, llegó la pandemia y las clases se llevaron a la virtualidad.

“Lo que más facilita es tener buenos profesores. En el liceo, me ha tocado tener buenos profesores que me han facilitado. En pandemia, era muy complicado y por suerte, tenía buenos profesores que ayudaban bastante”.

Al año siguiente, Florencia se cambió de liceo, a uno que enseñara educación media superior. Allí, empezó cuarto grado.

A medida que pasaba el tiempo y tenía que pensar en qué carrera seguir, empezó a considerar Arquitectura.

“Un compañero de trabajo de mi padre le comentó la existencia de la UTU, que ni mi padre ni yo sabíamos. Le dijo: ‘¿Por qué no se anima a ir a la UTU de Construcción, que quizás es mejor que ir al liceo?’”.

Y así lo hizo. Al año siguiente, empezó su primer año en UTU, en donde recibió una educación que sintió que la preparaba mejor para estudiar Arquitectura en un futuro cercano.

Como ya había cursado cuarto año en el liceo, ese año no tuvo que cursar todas las materias, sino solo las específicas de la UTU de Construcción.

“Siento que en la UTU hay más apoyo que en el liceo. Por ejemplo, siempre supe que había clases de apoyo en el liceo, pero nunca vi que la gente las aproveche. En la UTU sí se nota que la gente las aprovecha. Ves gente desde las 6:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde a veces en la UTU, porque se quedan en clase de apoyo o aprovechando que pueden usar los salones de informática para terminar trabajos”.
“El ambiente del liceo es un poco más hostil. Los administrativos no dan tanta atención como deberían hacer, porque hay cosas graves que se pasan por alto. En la UTU, cada uno está enfocado en lo suyo y es más tranquilo”.

Este año, Florencia está en su último año de la UTU de Construcción y mirando hacia el futuro.

El año que viene, planea entrar a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Udelar, para estudiar Arquitectura.

Reflexionando sobre el apoyo de su familia a lo largo de su trayectoria educativa y más allá, dice:

“Puedo elegir lo que yo quiera hacer (…). Mientras me guste a mí y no deje de sentirme capaz, siempre me van a estar apoyando”.

Así se ve su trayectoria educativa.